El D7 será una anécdota

Este es el discurso que dio Walter Burzaco, presidente de ATVC, durante la inauguración de Jornadas Internacionales 2012.

“A más de tres años vista de la escalada mediática que acompañó al proceso que terminó en la sanción de la ley de medios, en estos días resurge aquel clima en foros donde nuevamente se debate la ley y por medio de emisiones donde se hace hincapié en la aplicación de la ley.
“Salen a relucir, entonces, los mismos argumentos. La comunicación, el derecho a la información, la libertad de expresión, el derecho a la expresión, la libertad de prensa, el derecho a la pluralidad, la real posibilidad de acceder a los medios y los públicos, el equilibrio entre estado, privados, capitales, organizaciones sociales, expresiones artísticas y académicas; en suma, el inabarcable e invalorable escenario de los medios de comunicación.
“Hoy, nosotros, la industria de la TV por Cable, seguimos opinando lo mismo en materia de regulaciones. Por suerte para el país, para sus ciudadanos, para los usuarios y para nosotros mismos, no nos quedamos en meras discusiones y hemos avanzado en nuestro compromiso con las comunidades.
“En los casi 50 años que tiene la TV por Cable, seguimos sirviendo en el interior del interior, en lugares todavía olvidados por las políticas de comunicación del Estado, y también en las principales ciudades. Somos una herramienta de desarrollo regional y local, una vitrina para la expresión de la información de interés, una usina de contenidos locales que conservan la memoria histórica y un motor para el acceso a la Banda Ancha. Somos garantía de pluralidad, de competencia y de autonomía, porque hemos desplegado una verdadera Red Alternativa.
“Consultoras especializadas en mediciones nos informan que 9 millones de hogares reciben algún servicio multiseñal, sea esto por Cable, satélite o pirateando contenidos. ¡Una proporción muy alta de los hogares argentinos!
“Hemos avanzado en servicios digitales, HD, Pay per View, VOD y, como se podrá ver en esta exposición, en servicios a través de la red mundial. Empleamos de manera directa unos 15.000 trabajadores y otros tantos de manera indirecta: constructores, técnicos, productores, creadores, periodistas. Un número importante de familias, que no son tenidos en cuenta por los opinólogos que hoy hablan de nuestra industria. Nosotros sí sentimos orgullo de nuestra gente, que se capacita de manera constante para perfeccionarse en sus habilidades profesionales y técnicas. Damos servicio en 1.200 localidades, producimos 600 señales que llegan a 900 localidades, somos los proveedores del 30% de las conexiones de Banda Ancha.
“Sin embargo, y dado que ha vuelto a discutirse la ley de medios, nos hemos tomado el trabajo de revisar qué dijimos desde esta misma plataforma el año que se discutió la ley. Decíamos en 2009:
Esta Ley es una espada de Damocles para el Cable en la Argentina. Y no surgió como un hecho aislado. Es el resultado de una campaña sistemática contra nuestra industria emanada desde el poder. “Nunca se ha visto semejante virulencia contra un sector, cuyo único pecado es haber logrado ser independiente y exitoso. Nos acusaron de todo lo imaginable, se gastaron millones en publicidad oficial. Infamaron con argumentos falaces y vacíos a un servicio genuino que permite acceder a los hogares argentinos a voces distintas de la oficial.
“Nos llama la atención semejante despliegue contra una industria nacional. El empeño en privilegiar la competencia desleal de mega-operadores globales o de prestadores de servicios públicos. El afán por desmantelar un universo donde coexisten más de 700 empresas PYMES, con las medianas y grandes. La sinrazón para poner en riesgo tantos empleos calificados repartidos por todo el país.
“La Ley le pone dos límites arbitrarios al Cable: 24 licencias como tope y un máximo de 35% de abonados. Restricciones que representan una competencia desigual con las telefónicas, que pueden dar servicios al 100% de su red. Esto dejará fuera de mercado al Cable y muchas localidades caerán en manos de telefónicas que les cobrarán lo que quieren por el acceso a Internet.
“Los límites al desarrollo del Cable conforman una arquitectura pensada para ahogar, limitar, atomizar la expresión ciudadana. El nuevo marco reduce la posibilidad del desarrollo de contenidos, despojando a los pueblos de su autonomía cultural. Es un absurdo pensar que alguien va a desarrollar señales locales en el interior, como las más de 600 que existen, que no sean los empresarios existentes, los pioneros que tienen sus inversiones atadas a la tierra.
“Este esquema regulatorio afectará a la industria y se olvida de las familias que viven de ella. La escenificación del debate planteado por el gobierno, hizo oídos sordos a especialistas, a asociaciones, a empresas, y a miles de trabajadores de la industria… “Bastante completo, y ciertamente anticipatorio. ¿No es verdad? “Hoy podemos agregar que el Cable representa solo el 10% de la facturación total del mercado de las telecomunicaciones. Y la ley, en lugar de atender a la competencia y a la convergencia de la mano de actores nacionales, profundiza las asimetrías que ya existían, dejándoles el futuro de las comunicaciones a los grandes actores transnacionales que concentran más del 90% de la telefonía.
“Con trampa se nos dijo que la ley excluía a quienes resultaron ser los más beneficiados por la misma. Recordamos aquel discurso en cadena donde se dijo que sacaban a los grandes para proteger a los chicos. También se prometió a las PYMES del Cable un capítulo especial. No ocurrío nada de esto. En realidad hoy los más grandes, extranjeros que envían remesas a sus casas matrices, se van a ir quedando con el mercado de todos.
“Y eso, tengan la seguridad, no es una buena noticia para los usuarios ni para la Argentina. Ningún país en serio se desarrolla sin empresas de comunicación nacionales.
“Durante estos 3 años no hemos claudicado y seguimos avanzado, porque así nos lo demanda la sociedad que servimos. Una sociedad posmoderna. Que, en el mundo actual, tiene una acelerada evolución, que da creciente importancia a las tecnologías de la información que le den acceso al conocimiento, y que no hace distingo cómo accede a la información, sino que pretende tener a disposición su servicio en todo momento, en cualquier lugar y mediante cualquier dispositivo.
“Claramente, la ley no previó esto hace 3 años y sus postulados la dejan cada vez más lejos de lo que demanda nuestra sociedad. Para que se den una idea, en toda la ley no se menciona Internet y tampoco la convergencia. Mucho menos, la evolución tecnológica de las redes que permiten integrar todo tipo de servicios en una misma plataforma.
“Con esta tendencia, que va en constante evolución, la ley nos va apartando de los usuarios. Y nos aleja de lo que ocurre en otros países, sean estos los que siempre tuvimos en cuenta como más evolucionados o, como ocurre ya mismo, nos pone a mucha distancia de otros países que nunca hemos tenido en cuenta como un espejo dónde mirarnos.
“La ley nos lleva hacia donde no queremos, porque nos aleja de las demandas del usuario. Siendo que nosotros somos por un lado un servicio, debemos servir; siendo que somos por otro lado un medio, debemos servir al destinatario de nuestro trabajo: el ciudadano. Ciudadano que demanda lo que la ley nos impide.
“Los que estamos en el Cable, con modestia, decimos que conocemos bien a nuestra industria. Pero no nos tuvieron en cuenta quienes concibieron la reglamentación de medios y telecomunicaciones. Actuaron como improvisados curanderos en vez de médicos experimentados; y obrando de esa manera, no tuvieron en cuenta a los destinatarios de la ley y cómo los iba a afectar.
“Viendo lo que sucede ahora, está claro que no sólo no tuvieron en cuenta a la industria sino, peor aún, hoy no tienen en cuenta a las familias y personas que trabajan en ella y, menos que menos, a los ciudadanos que disfrutan de los servicios que brindamos día a día. “En definitiva de lo que estamos hablando es de la libertad”.